Rumbo

De vuelta tras esta escapada holandesa, decido que voy a tratar que este post se entienda. Dice Rolandir (Gran amigo) que últimamente no se me entiende una mierda. Y tiene razón. Pero claro, yo no escribo para que se me entienda, o al menos, no siempre.

Escribo para poder gritar a los cuatro vientos cosas que jamás diría en voz alta. Por el placer de escribir. Porque me gusta estar encima de un escenario. Y porque me sale de los cojones. Pero este blog no puede vivir sólo de prosa barata. Quiero hablar de temas que me interesan y dar mi opinión sobre ellos. Cosa que apenas hago últimamente. Gracias, Rolan, por recordarmelo.

Quiero escribir más. Voy a escribir más. Unas veces hablaré, otras divagaré y otras lloriquearé. Espero que se entienda lo que se deba entender. Y no más, gracias. No tiene sentido filosofar sobre la vida y la muerte en el mismo tono en el que hablaría de la última peli a estrenar.

Hazte a la idea de verme por aquí dando la brasa unas cuantas veces a la semana. Pero recuerda que sigo escribiendo para mi, así que no te asustes si de vez en cuando me callo sin avisar.