25 febrero 2007

Almendras (Shitara)

Ahora todo huele a ti de nuevo.
Música sabor de almendras. No lo quiero saber.

Que no haya nada más especial que estar solo. Por dios. Que no haya que llorar por lo que se perdió. Mejor estar jodido enterrado, que vivo contigo. Llorando por ser gilipollas. Llorando porque nos dijimos adiós.

La típica mierda que he escrito mil veces. La lluvia en mis ojos, el corazón que me estalla y blablá. Las mismas palabras cansadas. Las frases gastadas no valen nada, pero parece que los tópicos no entienden ni de ritmo ni de razón.

Mejor no mirar la ventana. No recordar como es eso de tu amor.

Porque eres dulce como las almendras, Shitara. Pero mejor mi amiga y lejos, que demasiado cerca. Tan lejos que pueda mirarte. Detrás del espejo. Pintada, bailando y follando por ahí.

Algún día escribiré algo que no sea mierda. Escribiré sobre la persona más especial y esa serás, porque ya lo eres, tú. Pero hoy eres tan dulce que cortas. Y no quiero cortarme contigo ya.

Todo huele a ti de nuevo. Hay almendras en mi habitación.

23 febrero 2007

fiebre

Estar enfermo excusa llorar y ser niño. Que te cuiden, que te alimenten en cama. Preocúpate sólo por ti, cabrón.

Estar enfermo es una mierda y duele. Es infinito y cansado. Fiebre: Ventana al Planeta Paja Mental. Puerta abierta a Nunca Jamás. Pero a la semana siguiente repites. Caes mil veces en el mismo error.

El médico me palmea la espalda. Ya soy persona. Gracias fiebre por venir a verme, no tengas prisa por volver.

Puta.

14 febrero 2007

Granada

Mis sueños son como pájaros con las alas rotas.

Ahora que te alejas, entiendo la oscuridad. Quisiera orientarme en un cielo sin estrellas.

Pero sin estrellas no hay final al camino. Porque sin tu sonrisa no hay cielo de donde caer.

Mis sueños son pájaros con las alas rotas. Que tratan de recordar a qué sabe el viento. Mientras se arrastran en la arena.

04 febrero 2007

Teatro (Miel)

No estoy triste. Tristeza ya no es la palabra. Estoy agotado.

Pensar en ti es mantener un monólogo denso y oscuro. Hablo en voz baja, me respondo a mi mismo. Actúo en un escenario de focos fundidos.

Resulta sencillo imaginar el beso. Te dibujo en mi mente sin duda alguna. Con trazos seguros dibujo tu cara, tus ojos, tus labios. Imagino tu tacto. Tu aliento. Tu sabor.

Estamos juntos en el teatro vacío. Me miras. Te miro. El escenario entero para los dos. La cámara gira despacio, revolotea. Y según te acercas, cobra velocidad.

En mi mente el teatro gira. Y por fin nos besamos. El mundo, envidioso, da vueltas a nuestro alrededor.

¿Es bonito o enfermizo? Lo que siento es tan crudo y real que fantaseo con que tú pienses tabién en mi. Si antaño la magia existió ¿Es tan ingenuo creer que es real?

Tal vez algún día leas esto. Son las seis de la tarde del Domingo siguiente a la noche que te volví a encontrar. Pero antes te había llamado. Grité con mi mente hasta que quedó afónica. Cada día veo más claro el sinsentido de la palabra casualidad.

¿Pensarás que estoy loco? ¿Que soy un excéntrico? ¿Un pobre diablo que se enamoró? Sí. Depende. Y me temo que sí.
Pero en este momento escribo y no juzgo. Trato de ser sincero conmigo, contigo y con este papel.

Si leer esto te acercara a mi, correría a tu puerta y te lo daría en un sobre de nubes. Pero las cosas ya no funcionan así, ¿verdad?

Que el tiempo diga si hablo solo, o si esto fue una conversación.