De Concierto, Bandido
Este Lunes fui a un concierto de Miguel Bosé.
La verdad es que nunca hubiera creído que iría a verle en directo, y menos que pagaría por ello, pero me alegro mucho de haberlo hecho, porque me lo pasé cojonudamente. No me sabía ni una sola canción, y de hecho el 90% de las que sonaron en las más de dos horas que duró la cosa, no las había oído en mi vida, pero igualmente me lo pasé genial.
El tipo es un crack. Tiene una barriga cervecera que no se puede esconder y está ya viejuno, pero el menda se sube al escenario, empieza a menearse y a poner morritos, y el público enloquece. Era para verlo. Empezó a mover el culete y San Sebastián de los Reyes entero se tiró de los pelos desesperado como una colegiala. Y lo debo admitir, yo chillé como una nena,canté canciones que no había oído en mi puta vida y silbé, salté y bailé como si fuera su mayor fan. Euforia colectiva sí, pero hay que ser un máquina para generar ese tipo de euforia, y el señor Bosé lo es.
¿Lo mejor? La compañía. Mi novia y su madre (que eso de suegra suena feo) fueron testigos de mi enajenación. La mamá de Bea sí que es fan de Miguel de siempre, de ahí eso de ir al concierto. Así que lo mejor la compañía... Y que coño: ¡Escuchar en directo "Amante Bandido"! Un sueño de infancia, oigan.